El gobierno Macri se acerca a Dilma para conseguir respaldo para la nominación de su canciller Malcorra a la secretaría general de la ONU.
Por André Barrocal
Publicado en Carta Capital 24-03-2016
El presidente de la Argentina, Mauricio Macri, tiene afinidades con el PSDB, principal líder de la oposición al gobierno Dilma. Con sus medidas económicas neoliberales y la antipatía por los gobiernos progresistas de América del Sur, suele ser citado por los tucanos como ejemplo de lo que debería ser un Brasil sin Dilma Rousseff y el PT. No obstante, el gobierno Macri ha sido, un fallido aliado en la batalla por el impeachment.
En gestos y manifestaciones recientes, Macri y su ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, han sido, por ahora, más útiles a Dilma que a la oposición. El motivo de esta postura sería, conforme averiguó CartaCapital, la necesidad argentina de no rivalizar con vecinos suramericanos para tener el apoyo de ellos para disputar el cargo de secretario-general de las Naciones Unidas.
El mandato del actual secretario general, Ban Ki-moon, termina al fin de este año. Susana Malcorra era su jefe de gabinete, hasta asumir en diciembre último el cargo de canciller en el gobierno de Macri, y es potencial candidata al comando de la ONU, en el caso que la Argentina lleve adelante sus planes de intentar dirigir el organismo.
Entre los gestos favorables a Dilma hechos directamente por Macri se destacan dos. En febrero, el presidente argentino se rehusó a recibir a una delegación tucana en Buenos Aires. Viajaron hasta allá el presidente del PSDB, Aécio Neves, y el senador Aloysio Nunes Ferreira, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, y Ricardo Ferraço, ex-dirigente de la misma comisión.
Por otra parte, en entrevista publicada por el diario argentino La Nación, el domingo 20 de marzo de 2016, Macri mostró comprensión ante la decisión de Dilma de nominar al ex-presidente Lula para el ministerio. “Quiero creer que ella lo hizo para fortalecer su gobierno desde el punto de vista operacional, no para incumplir una causa judicial. Desde ese punto de vista, es absolutamente válido. Ahora, no cabe una segunda intención, que no me consta.”
La nominación de Lula había generado polémica en una guerra jurídica por despertar acusaciones de que sólo fue hecha para evitar que las investigaciones sobre el patrimonio y el Instituto del ex-presidente quedasen bajo la competencia del juez Sergio Moro, comandante de la Operação Lava Jato en la primera instancia. Una versión que los propios tucanos reconocen no ser del todo verdadera.
El senador paulista José Serra manifestó en el plenario del Senado del día 17 de marzo: “Percibo, si me permite una diferenciación, que la motivación inicial (de Dilma) cuando designó a Lula como virtual primer ministro, no fue la de protegerlo desde el punto de vista judicial, sino la de dar un aliento al gobierno, para enfrentar, en la Cámara de Diputados, el proceso de impeachment”.
La canciller Susana Malcorra también se comportó de forma más útil al gobierno brasileño. Dijo que “hay un apoyo institucional” del gobierno Macri a la presidenta Dilma. Afirmó más: debido a la cláusula democrática del Mercosur, Brasil podría hasta ser suspendido del bloque. Una exclusión que, vale resaltar, sería del agrado de muchos tucanos, los cuales ven al Mercosur como inútil.
Traducción: AmerSur